Autoridad y provisión
Queda totalmente claro que la Autoridad le pertenece a Dios. Viene de Su Voluntad y se expresa en Su Palabra. De este modo la provisión es una manifestación de la autoridad de Dios.
Desde Genesis, recibimos provisión al decir al hombre que comeremos de todo ( Gen 2:16) el mismo modo el maná en el desierto nos muestra que Dios tiene el control (Exodo 16:31 Nehemias 9:15)
Hemos leído el pasaje donde dice, por sus frutos los conocerás, determinamos que distintos tipos de autoridades dan distintos frutos. Si la persona está bajo la autoridad del mal dará distintos frutos que quienes están bajo la autoridad de Dios.
Conocemos las historias de Abraham, Moisés y Josúe por ejemplo. A quienes obedecen a Dios, a quienes están dentro de su Plan, Dios les da autoridad. Así lo hizo Jesús con sus discípulos ( Mateo 10:1 Lucas 9:1)
Siguiendo con la obra de Jesús, podemos citar que la multiplicación de los panes y peces, se dio por una Palabra de Autoridad que los Discipulos aún no conocían.
Otra poderoso ejemplo del otorgamiento de autoridad fue el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés.
JOSUE
De forma muy esquematizada, examinemos los versículos del 1:6 al 1:18
6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
Tu repartirás: Autoridad
por heredad lo que juré: Palabra autoridad
10 Y Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo
Josúe ejerce la autoridad delegada
Del versículo 10 al 14 leemos las instrucciones de cómo proceder. Esto nos enseña que el ejercido de la autoridad se ejecuta con estrategias
La provisión viene de la autoridad. Josué obedeció y producto de esa obediencia recibió la provisión: la tierra prometida. Ejercer la autoridad delegada a veces puede ser cansado y difícil. Es por ello que a Josué le dice Dios en reiteradas ocasiones que se debe esforzar y ser valiente.
En la obediencia a la autoridad está la provisión, quienes no obedecen están eligiendo la muerte.
18 Cualquiera que fuere rebelde a tu mandamiento, y no obedeciere a tus palabras en todas las cosas que le mandes, que muera; solamente que te esfuerces y seas valiente.